La necesidad de contar historias es tan antigua como la humanidad misma. Así, la narrativa ha recorrido un largo camino desde las epopeyas y tragedias griegas. Sin embargo, debido a su novedad, muchos aún no están al tanto del potencial narrativo de los videojuegos. No obstante, cada día es una opción más atractiva formarse con un máster en guion de videojuegos. No solo por el crecimiento de la industria, sino por su valor como medio artístico.
En este artículo se profundizará brevemente en las diferencias y ventajas de los videojuegos frente a las ficciones tradicionales.
Narración en los videojuegos
Actualmente, existen títulos famosos por su intricada historia. Por ejemplo, en 2015 salió a la venta “Life is Strange”, videojuego que ganó el premio BAFTA a mejor historia el mismo año. Así, este videojuego es un excelente caso de narrativa innovadora.
“Life is strange” se centra por completo en las decisiones del jugador. A través de la protagonista, Maxine Cautfield, la cual tiene la capacidad para rebobinar el tiempo, se desarrolla la historia según las elecciones del usuario. Desde los diálogos más sencillos hasta dilemas morales, todos pueden afectar el resultado.
Según Melisa Somerdin, profesional en literatura inglesa de la Universidad de Missouri en Estados Unidos, dos características principales hacen destacar a los videojuegos frente a la ficción tradicional: el poder del lector, en este caso jugador, y su capacidad para generar suspensión de la incredulidad.
La suspensión de la incredulidad es un concepto aplicado a la ficción, en el que el espectador voluntariamente acepta la realidad de la obra como, por ejemplo, el poder de rebobinar el tiempo. Esto permite adentrarse en la historia y disfrutarla.
De acuerdo con Somerdin, el hecho de que el jugador deba aprender las mecánicas del videojuego para participar facilita la suspensión de la incredulidad, ya que el propio usuario se involucra en la historia.
De esta manera, las decisiones del jugador influyen directamente en el desarrollo y el final del juego, dentro de los límites de la programación. Así, en títulos como “Life is Strange” es posible encontrar diversos finales, opciones y escenas de acuerdo a las decisiones tomadas.
Los juegos han permitido abandonar la narración lineal y profundizar en los diferentes modos de contar una historia. Asimismo, los juegos modernos buscan que el jugador se involucre, que sus acciones tengan consecuencias y que se identifique con el personaje principal.
Esto último se puede ver en videojuegos donde, a pesar de tener un protagonista definido, como Maxine Cautfield en “Life is Strange”, los diálogos interpelan en segunda persona al jugador, es decir que se refieren en términos de “tú” “debes” o “tienes”.
Así, no solo está avanzando la tecnología, sino también las narrativas. Ahora es posible encontrar mundos abiertos donde el jugador puede explorar sin restricciones, crear personajes e historias por su cuenta como en simuladores como “Los Sims” o juegos libres como “Minecraft”.
Con el desarrollo de la tecnología de realidad virtual y otras similares, los juegos serán cada vez más inmersivos y le darán más control al jugador, diferenciándolos radicalmente así de las narrativas tradicionales. Los críticos del arte poco a poco se han dado cuenta de este potencial, por lo que es de esperar que los estudios y comprensión de las historias en videojuegos progresen a la par con la industria.